Si bien es cierto que la llegada de los conquistadores españoles transformó a la sociedad mexicana compuesta de numerosas etnias prehispánicas, también es cierto que algunos elementos de estos, nuestros antepasados originales aún subsisten entre nosotros. En Sinaloa, en el medio rural se practica actualmente el juego de ulama, que consiste en una versión del antiguo juego de pelota mesoamericano, en donde gran fuerza física y destreza son requeridas para no salir lastimado. La danza de la Pascola y la Danza del Venado (que comparte con los sonorenses) son también legado indígena. Algunos vocablos, nombres de pueblos, ríos y palabras comunes son de origen cahita en su mayoría. Y qué decir de la gastronomía, arte cuya herencia indígena confiere a la cocina mexicana el más alto lugar entre las cocinas del mundo.
En particular, la cocina sinaloense se distingue por sus guisos; los guisos más populares son el de colacho, de calabacitas, de machaca, caldo zuzule, el borrego tatemado y el chicharrón de camarón. Otro delicioso platillo es el de taquitos de leche y queso en salsa de chile seco. Pero el platillo que más popularidad le ha conferido es el chilorio, deliciosa carne deshebrada finamente y marinada en una rica salsa condimentada. Además, antes de la veda de la tortuga caguama, se preparaban deliciosas sopas y tacos de aleta que hoy en día se sustituyen con la mantarraya para preservar la tradición de la preparación de estos suculentos platillos.
Proponemos:
Una sociedad unida.
Una sociedad que trabaja y se esfuerza en una mejor produccion.
Una cultura emprendedora.